El tiempo de pantalla es una de las principales preocupaciones para los padres australianos. En una encuesta nacional de febrero de 2021 del Royal Children's Hospital Melbourne, los padres lo calificaron como el problema de salud número uno al que se enfrentan sus hijos.
Nuestra investigación previa también muestra que los padres se sienten culpables por las pantallas, a pesar de que nos rodean por todas partes.
Al mismo tiempo, la orientación sobre lo que deben hacer los padres es confusa. Según la Organización Mundial de la Salud y el gobierno australiano, el tiempo de pantalla de los niños pequeños debe limitarse a no más de una hora por día para los niños de dos a cinco años, mientras que los niños menores de dos años no deben estar expuestos a las pantallas en absoluto.
Pero el Royal College of Paediatrics and Child Health del Reino Unido ha dicho que es "imposible dar una orientación nacional integral o límites" porque el efecto de las pantallas depende mucho del contexto y la evidencia es incierta.
Esto nos hizo preguntarnos qué más importa para el desarrollo saludable de los niños más allá del "tiempo de pantalla". Entonces reunimos toda la evidencia disponible sobre el contexto en el que los niños usan las pantallas.
Nuestra investigación
En nuestra nueva investigación, publicada en JAMA Pediatrics, revisamos 100 estudios sobre la influencia de los contextos de uso de pantallas en el desarrollo cognitivo (cerebral), social y emocional de los niños desde el nacimiento hasta los cinco años. Las pantallas incluían televisión, juegos de computadora, teléfonos inteligentes y tabletas.
Estos estudios, publicados entre 1978 y 2023, involucraron a más de 176,000 niños y sus familias de 30 países. Esto incluyó Estados Unidos, Reino Unido, China, Canadá, Japón y Australia.
A partir de esto, destilamos cuatro formas basadas en la investigación en las que los padres pueden ayudar a sus hijos a usar las pantallas de manera saludable.
1. Haz que el tiempo de pantalla sea tiempo juntos
Los estudios que analizamos muestran que si los niños y los cuidadores usan las pantallas juntos (también llamado co-visualización o co-uso), es beneficioso para las habilidades de pensamiento y razonamiento de los niños. Es especialmente beneficioso para su desarrollo del lenguaje, incluida la cantidad de palabras que conocen los niños, sus habilidades de comunicación social, comprensión y procesamiento del lenguaje.
Cuando ves juntos, puedes tener conversaciones sobre lo que los niños ven o hacen, ayudarlos a entender el contenido (por ejemplo, "¿Por qué Bluey se escondió de Chilli?") y hacer conexiones con el mundo real ("¿Cómo crees que se siente Bingo ahora mismo?"). Esto puede ayudar a su desarrollo del lenguaje y el aprendizaje.
2. Elige contenido apropiado para la edad que fomente el juego
No todo el tiempo de pantalla es "malo", pero debemos considerar el contenido y cómo podría influir en el desarrollo y el comportamiento de un niño.
Nuestra investigación encontró un vínculo entre que los niños vean contenido inapropiado para su edad y habilidades sociales y comportamiento deficientes.
Esto resalta la importancia de experiencias de pantalla intencionales y de alta calidad para los niños. Los padres podrían preguntarse, ¿para qué edad o etapa de desarrollo está diseñado el contenido y promueve el aprendizaje y el desarrollo (por ejemplo, Plaza Sésamo)?
¿Estimula el juego imaginativo y la creatividad en el mundo real (como Playschool)? ¿El contenido tiene mensajes sociales positivos (Bluey)? ¿Fomenta el movimiento como bailar música (Ready, Steady, Wiggle)?
Evitar el contenido violento y el contenido para audiencias maduras es clave, y los padres pueden usar guías confiables como las de Common Sense Media si tienen alguna duda.
3. No dejes que las pantallas se interpongan en las interacciones entre padres e hijos
Las tecnologías móviles significan que los niños pueden usar pantallas casi en cualquier lugar y momento. Lo mismo es cierto para los padres.
A veces, las pantallas de los padres pueden interferir con las conversaciones y conexiones entre ellos y su hijo. En nuestro estudio, los niños tenían mejores habilidades sociales, comportamiento y capacidad para regular sus emociones cuando los padres evitaban el uso de pantallas durante las interacciones y rutinas como las comidas familiares.
Cuando los padres están distraídos, puede afectar la calidad y cantidad de interacciones con su hijo.
4. No dejes la televisión encendida en segundo plano
Los niños aprenden de sus entornos y la televisión en segundo plano puede desviar la atención de los niños del juego y el aprendizaje. Nuestra investigación encontró que los niños tenían mejores habilidades de pensamiento, razonamiento y lenguaje cuando había menos televisión en segundo plano en el hogar.
Esto también puede deberse a menos conversaciones entre padres e hijos cuando hay una televisión encendida en segundo plano.
Entonces, cuando la televisión no se esté mirando activamente, considere apagarla para que los niños puedan jugar, escuchar y aprender.
Sobre los autores
Sumudu Mallawaarachchi es investigadora asociada en el ARC Centre of Excellence for the Digital Child de la University of Wollongong.
Dylan Cliff es profesor asociado de Salud y Educación Física en la University of Wollongong.
Este artículo apareció en The Conversation y se republica aquí bajo los términos de la licencia Creative Commons. Puedes leer el original.
Fuente: The Parents Website